jueves, julio 30, 2009

Historia

Me demoré mucho en escribir porque no tenía pc, no tenía tiempo, no tenía paciencia y en realidad me declaro una indigente de espíritu. Eso es lo que ocurre. Soy un cuerpo que se levanta, trabaja, arma colaciones, compra en el supermercado, y el espíritu se quedó en cualquier parte, seguramente admirando una vitrina llena de cachureos o algo así. Partió de mi. Se aburrió de mi amargura. Esta bien, no lo culpo.

Pero ayer nos encontramos. Andábamos ambos buscando y buscando, entre los cachureos obvio, y zas! , apareció un registro del siglo pasado, lleno de logs de chat y justo en ese momento nos vimos a la cara, nos reconocimos, abrazamos, reconciliamos, y ahora estamos en el proceso de volver a juntarnos para pasar otra temporada juntos hasta q el cuerpo y el alma no se soporten y venga la fuerza centrífuga del odio y ns separemos nuevamente.

Ese registro estaba llenísimo de conversaciones chistosas, ridículas, amorosas, sin sentido, y con gente del pasado que ya se fue, otras que quedaron y se convirtieron en distintos elementos urbanos, como oficina de abogados, centros de formación técnica, buses del transantiago y demases; y con otras gentes del futuro, o sea de ahora, q hicieron declaraciones, promesas, confesiones, ridiculeces varias, y quienes esta mañana al abrir sus correos se encontraron con ese regalo del día del niño y que disfrutaron tanto que hasta me llamaron por teléfono, o me mandaron flores, chocolates, corazones rellenos con queso camembert, etc. Agradece la gente que uno le recuerde buenos tiempos. Habrá tenido toda la gente el cuidado de guardar esas letras que alguna vez tipeó pensando q se volarían en el cibermundo?. Quizás, pero yo que siempre he sido cachurera de lo real y lo virtual, lo guardé para descubrirlo ayer, mientras rabeaba con este pc q no es mío y q en realidad no sirve mucho excepto para descubrir cosas del pasado. LA verdad es que puede que sea una máquina del tiempo y por eso no me sirva para navegar o trabajar con el photoshop.

Me encontré con mi espíritu y nos reímos hasta q nos dolió la guata y después revisamos y sacamos conclusiones varias. O sea, hicimos un buen trabajo. Ahí, en esas historias antiguas encontré respuestas a preguntas que durante el último tiempo me hice en forma neuróticamente repetitiva: por qué? por qué? por qué? por qué?. Todo en un loop inagotable que no daba una vuelta muy larga porque no habia respuesta, entonces despues de la é?, venia necesariamente la ¿P y asi todo el rato hasta aburrir al sicoterapeuta que apenas me ve me dice: y cual es la pregunta del día?. Y yo por qué? infinito.

La pregunta ahora es, será posible que alma y cuerpo pueda amigarse y convivir como adultos? o alguien tendrá q retroceder? Mañana me espera una laaaarga sesión.